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¿De dónde proviene el falso mito de que el frío nos estira la piel y es como un tratamiento rejuvenecedor?

Es ironía, no rotundo, de hecho puede ocurrirnos todo lo contrario.

Al igual que exponernos a mucha radiación solar sin protección y altas temperaturas es sabido que afectará negativamente a nuestra piel, y si nos excedemos lo hará de forma irreversible, pues exactamente lo mismo puede ocurrirnos en invierno.

crema de manos

Hay que sobrevivir y sabemos cómo. La clave está en contrarrestar las agresiones del viento, frío, humedad así como de la calefacción al ponernos a resguardo. Todos estos factores son muy estresantes para nuestra piel que tenderá inevitablemente a secarse y en ella surgirán los devastadores efectos de tanta agresión: arrugas, tirantez, aspecto y sensación de sequedad… Podemos evitarlo con unos cuidados mínimos y unos productos básicos y obviamente cuanto más naturales sean éstos, mejor. Por sufrir, sufren especialmente rostro, labios y manos, así que en ellos centraremos nuestros consejos. El único truco fiable es contrarrestar la sequedad con nutrición y para eso habrá que hidratar constantemente con productos específicos cada una de estas zonas tan sensibles y expuestas. Hidratarlas y aportarlas los nutrientes que necesitan para auto protegerse de las amenazas y adversidades del invierno.

Al bolso por favor un labial muy nutritivo con o sin color, una crema de manos para dos o tres veces al día, así como a la noche, aplicarla con esmero, y por supuesto un facial a la altura de las necesidades de estos factores ambientales. Durante el día habrá que ir hidratando nuestra piel con agua, alimentos que compensen la pérdida de tersura y capas de crema en la medida que sintamos la necesidad de una aplicación o varias.

Evita el envejecimiento prematuro de tu cutis cuidándolo cada día porque hay efectos de la vida diaria sobre nuestra piel que o se palian según ocurren o será difícil revertirlos. En invierno, en guardia.

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¡Te deseamos un buen día!

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